martes, 24 de septiembre de 2013

Copa América: 8-8, “Oracle” increíble, pero cierto

americano

No es un espej ismo. “Oracle” ha logrado el empate a ocho después de ir perdiendo 8-1 en esta XXXIV Copa América ante el “New Zealand”. Desde 1983 no se había visto un empate de estas características cuando el “Australia II” empató a 3 victorias con el “Liberty”. El desempate lo ganaron los australianos, que se llevaron la Jarra de las Cien Guineas de América por primera vez desde 1851. Ayer pasó lo mismo, aunque esta vez han sido los americanos los que han logrado el empate cuando absolutamente nadie daba ni un sólo duro por ellos. Ayer dos mangas muy distintas, y las dos, con diferentes condiciones se las llevaron los americanos. Y es que esto de la Copa América es una regata en la que no se puede cantar victoria nunca, aunque se tenga mucha ventaja.


En la primera manga, el “New Zealand” fue penalizado en la salida por no dejar espacio al “Oracle” para maniobrar. Craso error de Dean Barker, que creyó que podía porfiar con James Spithill. El americano le dejó planchado después de abordarlo y esto, junto a la penalización que tuvo que realizar hizo que los kiwis empezaran la regata con más de 300 metros de desventaja. Los americanos, nadar y guardar la ropa. Conscientes de que la victoria estaba en su casillero, se dedicaron a marcar ferreamente al rival y a que pasaran las millas una detrás de otra. La victoria, muy fácil. Los kiwis no habían hecho los deberes. Ni tan siquiera había abierto el libro. El 8-7 subia al marcador y la gente enloquecía.


La segunda manga fue diferente. Más viento y Nueva Zelanda entrando por el lado bueno. Barker se puso las pilas y demostró que también sabe salir, aunque ambos barcos cruzaron la línea muy igualados. La llegada a la boya de desmarque fue épica. “New Zealand” mandaba por muy poco y “Oracle” achuchaba por detrás buscando la penalización. Tanto achuchó, que Spithill clavó el patín de babor y estuvo a punto de perder a algun tripulante. Los kiwis se marchaban con cien metros de ventaja y con una velocidad mucho más consecuente que en otras mangas. Un par de cruces y dominio neozelandés por muy poco, cuando inexplicablemente al tercer cruce, Nueva Zelanda, que pasaba claramente por delante de los americanos viró a sotavento (el libro pone que hay que virar en la proa para desventar) lo que fue aprovechado por Spithill para llevarse a Barker contra las cuerdas, es decir al límite del campo de regatas. Ahí se escaparon los americanos, porque además de esa mala maniobra, el “New Zealand”, fruto de los nervios no daba pie con bola en las viradas y perdía mucho tiempo. Más de un minuto le metieron en la ceñida, una barbaridad y más de mil metros era la ventaja yanki. la última popa, un paseo triunfal americano. El 8-8 se ponía en el marcador a la espera de la muerte subita de hoy, otra vez a las 22,15 hora española.




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