Si Peter Blake levantara la cabeza, al primero que tiraba al agua era a Grant Dalton, CEO del “Team New Zealand” por no haber sabido defender un 8-1 a favor, en esta XXXIV Copa América, que han retenido los americanos ganando a los kiwis por 9-8 en la bahía de San Francisco. Un gran fiasco el del equipo neozelandés, que ayer, a pesar de que ganó la salida y los primeros metros de la última manga, no pudo con la gran velocidad del “Oracle”.
La clave de todo estuvo el día, que con un 8-1 a favor en el marcador, el Comité de Regatas suspendió la manga porque se había superado el tiempo límite. Ahí se hundieron los kiwis. Vieron como se les escapaba la Copa América por tan sólo cinco minutos. Cinco malditos minutos, que dicho sea de paso no fueron muy lógicos viendo el poco viento que soplaba en el campo de regatas y la gran distancia que había puesto ese dia en el recorrido. Cosas de Ian Murray, PRO de la Copa América y claramente inclinado hacia el lado americano en los momentos clave.
No se entiende por qué el equipo americano ha sido capaz de optimizar el catamarán día a día mientras que el equipo neozelandés parecía que no tocaba ninguno de sus apéndices durante las ocho regatas que ha tenido de ventaja. Todo el mundo coincide en que el cambio de táctico del “Oracle” (Ainslie por Kosteki) ha sido determinante, pero hay que recordar que las dos primeras regatas del inglés fueron catastróficas. En este deporte, cuando el barco es rápido se alaba a los tácticos y al caña; cuando no lo es, se crucifican esos puestos.
No hay nada que objetar a la victoria americana. Se la han ganado a pulso y punto a punto han tenido en vilo a todos los Estados Unidos. La Copa América, que no hace muchos años era el orgullo de los americanos, salió de los Estados Unidos en 1983, cuando el “Australia II” se impuso al “Liberty” por 4-3. La volvió a recuperar en 1987, cuando el catamarán “Stars & Stripes” se impuso al “Kookaburra III”, por 4-0 en Perth. La volvió a perder en San Diego en 1995 con el “Young América” ante el “Black Magic” neozelandés” y no volvió a recuperarla hasta que la Corte Suprema de Nueva York dictaminó una regata en Valencia entre el “Alinghi” y el “BMW Oracle” por haber denunciado los americanos el Protocolo firmado por los suizos y el Desafío Español. En esa ocasión, el trimarán “Oracle” se impuso por 2-0 al catamarán “Alinghi”. Ahí comenzó la Copa América de los multicascos.
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