domingo, 22 de septiembre de 2013

Port Vell, toda una fiesta de la cultura del mar

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Más de 54.000 p ersonas acudieron ayer al Port Vell para admirar los Grandes Veleros de la Mediterranean Tall Ships Regatta y visitar las instalaciones de la exposición “Barcelona Navega” en el village del Portal de la Pau. Los más jóvenes fueron los principales protagonistas de la jornada festiva que se desarrolló con un sol radiante. A lo largo del Moll de Barcelona, donde están amarrados los gigantes Mir, Cisne Branco, Belem, Gulden Leeuw, Santa Maria Manuela y Kruzenshtern, el público hacía largas colas para subir a bordo de los mejores representantes de la gran escuela de la vela tradicional, barcos en los que se forman centenares de alumnos en viajes oceánicos para aprender las esencias de la navegación.


En el Moll d’Espanya se encuentran amarrados 11 joyas de la vela clásica. Barcos como La Recouvrance, el Atyla, el Johanna Lucrecia, el Pandora, el Hoedic y el Far Barcelona, causan admiración entre los amantes de las embarcaciones clásicas. Mientras que en el Moll de Drassanes, el buque escuela alemán Alexander Von Humbolt II, inconfundible por su casco verde y arboladura y perchas doradas, está secundado por el pantalán flotante donde amarran los barcos más pequeños.


La experiencia del Galaxie


Es en este pantalán donde amarra el Galaxie, uno de los proyectos que mejor representa el espíritu de la Mediterranean Tall Ships Regatta. El Galaxie es un barco de regatas, de los años 70, que fue donado a la ONG Joves Navegants para dar la oportunidad de aprender a navegar a chicos y chicas con riesgo de exclusión social y discapacitados, también para participar en regatas tanto oceánicas como de club y tomar conciencia del medioambiente.


“El mar es terapéutico tanto para gente con problemas como para los que no”, comenta el primer oficial Bernadí Mata. “Estos jóvenes vienen acostumbrados a ir mucho por libre, debido a las condiciones personales que tienen, y aquí se encuentran en un medio en el que no pueden funcionar sin el trabajo en equipo y la colaboración. Cuando regresan a los centros sociales, los educadores nos felicitan por el cambio positivo que se ha producido. Estos beneficios no son sólo a corto plazo, sino que hay niños que descubren su vocación navegando con nosotros, como por ejemplo el caso de un alumno que ha terminado convirtiéndose en capitán de la marina mercante.” comenta el primer oficial.


Para la tripulación, la Mediterranean Tall Ships Regatta es una oportunidad de relacionarse y conocer otros proyectos similares, aprender de su manera de trabajar, e incluso intercambiar alumnos. Los responsables de los niños están encantados con el espíritu y la capacidad organizativa de los barceloneses. Bernadí Mata comenta: “Es una ciudad en la que se juntan las culturas de todo el mundo. Para nuestros chicos, esto es como visitar Londres o Nueva York, y hay que reconocer que en cultura, los barceloneses sois especialistas”.




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