En un punto concreto de las latitudes infinitas del Universo, formado en períodos de tiempo inimaginables para nosotros, resplandece un diamante blanco-azulado, es el maravilloso planeta Tierra. Un planeta perfecto abocado a la destrucción a manos de uno sólo de sus incontables habitantes, el ser humano. Los mares de nuestro planeta están llenos de vida, de preciosos jardines de coral donde peces de colores se mueven alegres, causando una impresión paradisíaca. Ellos viven en la unidad de su cardumen, se mueven llenos de armonía y consonancia, como si fuesen un solo ser.
Ir a la fuente de la noticia
Ir a la fuente de la noticia
No hay comentarios:
Publicar un comentario