Las altas temperaturas, que llegaron a los 38 grados en la tercera ciudad de Argentina, y la agitación de las aguas producida por la presencia de unos 9.000 bañistas en las playas de la llamada Rambla Catalunya provocaron el ataque de las palometas en busca de alimento. Una niña de siete años sufrió la amputación de un dedo.
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